Anteriormente hemos hablado de lo que son los probióticos y sus beneficios, pero ¿son para todo el mundo?, ¿son seguros?
Una de las condiciones para calificar un microorganismo de probiótico es su absoluta seguridad, y la evidencia demuestra que la gran mayoría de las cepas calificadas de probióticas son inocuas para el ser humano. Solamente en población inmunocomprometida, con una condición de salud específica, se debe tener especial precaución y un consejo profesional es altamente aconsejable. En el caso de población sana los probióticos actúan como microorganismos vivos que, cuando se administran en cantidades adecuadas, confieren un beneficio para la salud del huésped. Estos beneficios de salud han hecho que el mercado de probióticos crezca a ritmos muy elevados durante los últimos años.
Hoy en día, una aplicación tan innovadora como la de cultivos vivos se estudia y despierta especial interés en sectores tan diversos como alimentación y medicina. En un futuro esta diferenciación se verá reducida gracias a la investigación y los avances en la modificación genética de las cepas probióticas para obtener especies recombinantes capaces de producir principios activos y nutrientes específicos in vivo en el intestino del paciente, convirtiéndose de esta manera en bioterapéuticos vivos.
¿Cuál es la situación actual?
En los últimos años, el interés del consumidor medio hacia los probióticos ha incrementado de manera considerable, estimulado por un deseo de vida saludable y el concepto de alimentación funcional. Este hecho ha comportado un gran interés comercial en los alimentos enriquecidos con probióticos, que forman una gran parte de alimentos funcionales, un mercado que continúa creciendo a un ritmo exponencial, y gracias a numerosos estudios realizados en los últimos años ha permitido el desarrollo de múltiples productos que se podrían calificar de probióticos.
¿Puedo declarar que mi producto contiene probióticos?
Por lo que respecta al etiquetado de la presencia de cepas probióticas en los alimentos y los suplementos alimentarios, así como los beneficios potenciales para la salud, es necesario tener en cuenta la legislación de cada país. Actualmente, se ha permitido por la AESAN en España el uso de la palabra “probiótico” en el etiquetado de productos alimentarios y suplementos alimenticios de fabricación nacional, siempre y cuando cumplan con los requerimientos estipulados en la Regulación (EC) Nº 178/2002. En cuanto a la mención de los beneficios para la salud o “health claims”, éstos únicamente son permitidos para cepas concretas si figuran en el listado de la EFSA, y actualmente no hay ningún beneficio de salud asociado al consumo de organismos probióticos aprobado por la EFSA para su etiquetado, únicamente hay permiso para los microorganismos del yogur.
Para obtener más información sobre cómo el consumo de probióticos puede beneficiarte, recomendamos visitar la Asociación Científica Internacional para los Probióticos y los Prebióticos (ISAPP) en https://isappscience.org/.
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